La preocupación por el medio ambiente no deja de ser un hecho, cada vez estamos esquilmando más los recursos naturales en beneficio de nuestro progreso. Quizás muchas personas no sepan qué hacer para poder aportar algo por mejorar las condiciones en las que habita.
Pero no cabe duda de que los jardines verticales naturales viene pegando fuerte y pueden ser un tipo de proyecto interesante que se puede abordar desde una perspectiva diferente. Dentro de ambientes urbanos, en el que la jungla de cristal, asfalto y metal conforman un horrible decorado, los jardines verticales vienen a aflorar para proporcionar una serie de ventajas interesantes.
¿Qué es un jardín vertical?
Un jardín vertical es una intervención en cualquier tipo de pared de un edificio que no tiene ningún tipo de aprovechamiento. Este término también se emplea para aquellos que se cultivan en algunas terrazas y en los que, a priori, no cabría la posibilidad de generar ningún tipo de vegetación.
Surge como una alternativa que nos permite aprovecharnos de una serie de ventajas que podemos aprovechar. Ya no solamente se trata de generar un impacto visual mucho más bello, no se puede comparar ver una pared de hormigón gris con una fachada totalmente verde, sino que tiene una serie de beneficios interesantes. ¿Deseas conocer cuales son las ventajas de los jardines verticales naturales?
La primera de ella tal y como hemos comentado es el impacto visual. En un ambiente urbano, causa bastante alivio comprobar cómo una fachada ha sido aprovechada de otra manera. No deja de ser un guiño muy necesario para quienes habitan en grandes urbes.
Los jardines verticales proporcionan también un excelente aislamiento acústico. La masa vegetal reduce de manera notable el impacto del ruido dentro del edificio, por lo que es un sistema muy económico y efectivo de reducir el tráfico que absorbe un complejo de oficinas, por poner un ejemplo.
Eso también nos lleva a otro tipo de aislamiento, el térmico. Gracias a los jardines verticales, el impacto del sol y del frío se ve reducido de manera efectiva. Esto puede llevar a que el sistema de climatización de un edificio no tenga que trabajar a pleno rendimiento, lo que lleva también a otra consecuencia: ahorro energético y económico.
Los jardines verticales son además un buen sistema para refrescar el ambiente.
Al igual que la masa arbórea de una ciudad o de un parque ayuda a que la temperatura en verano sea mucho más agradable, los jardines verticales pueden contribuir a este tipo de impacto. Son un excelente regulador de la temperatura.
Quizás otra de las ventajas de los jardines verticales es que tiene un marcado componente estético. Al igual que un jardín horizontal puede utilizarse para decorar, los verticales también se prestan a ello. Pueden ser replantados con especies de temporada y con tonalidades diversas, introducir flores, plantas aromáticas o lo que se desee.
La innovación en los jardines verticales
La experimentación es una constante en el mundo que nos ha tocado vivir, y buena prueba de ello es la gran granja de jardines verticales que está funcionando ya en el estado norteamericano de Pensilvania.
Nada menos que 23.000 m² dentro de una instalación cerrada en la que se están produciendo multitud de plantas, pero con un guiño constante hacia el aprovechamiento de los recursos. A la vez que un jardín vertical es un criadero de peces, de lubinas. Todos los restos orgánicos de las deposiciones de las lubinas se están empleando como abono para producir de una manera sostenible y sin el empleo de abonos artificiales.
La gran ventaja de esta gigantesca instalación es la de poder aprovechar mucho el espacio en un recinto relativamente pequeño. Si este jardín se pusiera de manera horizontal, probablemente estaría consumiendo una gran cantidad de espacio disponible necesario para otro tipo de tareas.
Jardines verticales, ¿moda o necesidad?
Cuando los jardines verticales comenzaron a aparecer en muchas ciudades, generalmente de los Estados Unidos, no dejaba de parecer una excentricidad. Sin embargo, hoy en día no deja de ser una propuesta efectiva y que ya no tiene mucho de moda, sino de necesidad.
También puede servir como una gran imagen de marca. La mayor parte de edificios importantes de las ciudades están ocupados por multinacionales.
Aquellos que apuestan por los jardines verticales están diciendo mucho.
No deja de ser una tarjeta de presentación en la que se vende una imagen de sostenibilidad y de respeto al medio ambiente.
Puede que en parte esto sea solamente un guiño, pero no deja de ser un paso importante hacia otra manera de habitar las ciudades y de hacerlas mucho más cómodas. Si los jardines verticales son una moda, que sea bienvenida. La falta de espacios verdes en grandes urbes puede verse paliada, en gran medida, por la generación de este tipo de espacios tan eficientes.
No cabe duda de que los jardines verticales son proyectos en expansión y cada vez son más frecuentes de ver. La combinación entre espacios urbanos y jardinería tienen en estas instalaciones un gran campo de cultivo.
Imagen extraída de: elconfidencial.com
